¿Los sueños pueden matar?
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Hoy junto a nuestros compañeros Gustavo Cia, Psicólogo y especialista en Abducciones, Antonio Tomas, Ingenie ro, uno de los responsables del Foro, Legados del Misterio Miguel Ángel Pertierra, Doctor de Medicina, Cirugía otorrinolaringólogo e Hipnólogo Clínico Luís Santos, Ingeniero en Materiales y Jesús Pertierra, Programador de Bases de Datos y creador de Entornos Multimedia. Hablaremos sobre si es posible que puedan matar los sueños, antecedentes, casos, visitantes de dormitorio, investigaciones médicas, etc.
Antecedentes
Histórico-Mitológicos
El
animismo
(del latín
anima,
alma) es un concepto que engloba diversas creencias en las que tanto
objetos (útiles de uso cotidiano o bien aquellos reservados a
ocasiones especiales) como cualquier elemento del mundo natural
(montañas, ríos, el cielo, la tierra, determinados lugares
característicos, rocas, plantas, animales, árboles, etc.) están
dotados de alma y son venerados o temidos como dioses.
Si
bien dentro de esta concepción cabrían múltiples variantes del
fenómeno, como la creencia en seres espirituales, incluidas las
almas humanas, en la
práctica la definición se extiende a que seres sobrenaturales
personificados, dotados de razón,
inteligencia
y voluntad,
habitan los objetos inanimados y gobiernan su existencia. Esto se
puede expresar simplemente como que todo
está vivo, es consciente o tiene un alma.
En
África el
animismo se encuentra en su versión más compleja y acabada, siendo
así que incluye el concepto de magara
o fuerza vital universal, que conecta a todos los seres animados, así
como la creencia en una relación estrecha entre las almas de los
vivos y los muertos. En otros lugares el animismo es en cambio la
creencia en que los objetos (como animales, herramientas y fenómenos
naturales) son o poseen expresiones de vida inteligente.
El
término también es el nombre de una teoría de la religión
propuesta en 1871 por
el antropólogo
sir EdwardBurnett Tylor en su libro Primitive
Culture (Cultura
primitiva).
El animismo y el sueño
Los
sueños son a veces explicados en pueblos como viajes realizados por
el durmiente, o por animales u objetos de su entorno. Las
alucinaciones,
posiblemente deben haber contribuido a fortificar esta
interpretación, así como la teoría animística en general. Más
importante aún que todos estos fenómenos, ya que es más regular y
normal, era el período diario de sueño con sus ideas e imágenes
frecuentemente irregulares e incoherentes. La
mera inmovilidad del cuerpo era suficiente para mostrar que su estado
no era idéntico al de la vigilia.
Cuando, además, el durmiente despertaba para dar razón de una serie
de visitas a lugares lejanos, de los cuales, tal como sugieren las
investigaciones psíquicas modernas, podía incluso arrojar o traer
detalles verídicos, la conclusión irresistible debe haber sido que,
en el sueño, algo
que no era
el cuerpo viajaba
al más allá.
Si
el fenómeno de los sueños fue de gran importancia en el desarrollo
prehistórico
del animismo, esta creencia debe haberse expandido rápidamente hasta
convertirse en una filosofía
de la naturaleza de la realidad.
Curiosamente
la palabra vudu proviene de “voundoun”, que significa dios en la
lengua de Benin, aunque también pudiera ser una deformación del
término “vodun” que se refiere a todo lo fantasmal. El vudu
insiste en la existencia de un mundo invisible a nuestro alrededor,
aunque explican que allí viven también seres como nosotros, en un
universo paralelo, pero compuestos de materia espiritual. En esencia
nos hablan del mundo de los difuntos que pulula a nuestro alrededor
sin que ellos ni nosotros podamos mezclamos, aunque en determinadas
circunstancias los espíritus pueden cruzar esa barrera para ejercer
su influencia.
Aunque
creemos que las ceremonias vudu se efectúan siempre para hacer daño
a alguien, la mayoría de las veces lo hacen para ponerse en contacto
con las loas, los habitantes de ese mundo paralelo, pues les
necesitan para que nos ayuden en nuestros problemas y para que actúen
como intermediarios con el Creador. Una vez establecido el contacto
durante una ceremonia, las loas emplearán diversos procedimientos
para comunicarse con los humanos, especialmente durante el sueño,
aunque en ocasiones también se aparecen durante las ceremonias. El
problema es que también se les convoca para fines maléficos, como
matar a alguien o provocarle desgracias.
Existen
algunos grupos marginales, precisamente los más populares, que
siguen fines perversos empleando métodos de brujería y que reciben
el nombre de rituales petro. Eso lleva a establecer que hay un vudu
que emplea la mano izquierda o la hechicería, y un vudu de mano
derecha o verdadero vudu. Ambos tienen un jefe varón llamado Hougan
(sanador de cuerpo y alma), o una mujer de nombre Mambo, y cuya
misión es mantener equilibradas las energías corporales y de la
mente cuando el cuerpo está enfermo. Para lograrlo emplean hierbas
medicinales y otros ingredientes siempre naturales, la mayoría de
ellas apenas divulgadas popularmente, lo mismo que los rituales que
se unen a la ingestión de las sustancias naturales. Estos sanadores
intentan igualmente realizar exorcismos y ponerse en contacto con
entes sobrenaturales e incluso se comunican con las almas de los
difuntos, aunque como ya hemos dicho no todos emplearán sus
habilidades con fines reprobables.
Incontables personas informan de ataques de entidades psíquicas. Pero, ¿cual es el origen de estos asaltos: el mundo de los espíritus o los ignotos reinos de la mente dormida?
Eran
las 4.20 de la mañana cuando Ronald Seigel fue despertado por el
ruido de la puerta de su dormitorio que chirraba. Oyó unos pasos que
se acercaban y una respiración pesada llenaba la habitación.
Paralizado de miedo, sólo podía yacer de espaldas, oliendo el
fétido olor de la entidad que se le aproximaba. Parecía que
había una tenebrosa presencia; recuerda Seigel. Traté de
retirar las sábanas y saltar de la cama, pero estaba clavado en
ella. Sentía una fuerte opresión sobre el pecho, mi corazón
palpitaba fuertemente y me costaba respirar. A continuación, el ser
tocó su cuello y su brazo y susurró en su oído: Cada
palabra salía de una asquerosa boca de tabaco; recuerda
Seigel. Su lenguaje era muy extraño, casi como el inglés hablado al
revés. Seigel, todavía incapaz de moverse, miró el despertador de
su mesilla de noche. No es un sueño, pensó.
Experiencias compartidas
De
pronto, la entidad se desplazó y se puso a horcajadas sobre Seigel.
La cama empezó a crujir. Había un ambiente de intoxicación sexual.
Empecé a perder la consciencia. De pronto, la voz cesó. Noté que
el intruso salía lentamente de la habitación. La presión sobre mi
pecho cesó poco a poco. Por entonces eran las 4.30 y Ronald Seigel,
profesor de psicología de la Universidad de California, acababa de
sufrir el ataque de lo que muchos llamarían una entidad psíquica.
Durante
siglos, personas de diferentes culturas han descrito ataques
similares. Normalmente ocurren de noche, justo antes de dormirse o de
despertarse, y estos ataques someten invariablemente a sus
aterrorizadas víctimas a una parálisis completa, a una presión
sobre el pecho y a una intensa actividad sexual. Como tantos otros
episodios sobrenaturales, la similitud tan universal sugiere
un fenómeno genuino, pero, ¿de dónde vienen estas presencias?
Si
hay que creer en el folklore y en los investigadores psíquicos,
estas entidades son espíritus malévolos atados a la tierra,
demonios y brujas que nos atacan durante nuestro sueño. Una de las
tradiciones mas extendidas es la de la Vieja Bruja, un término
acuñado en Canadá para la aterradora figura que se ve durante los
ataques nocturnos. Y la misma Vieja Bruja aparece en todo el mundo.
Los alemanes la llaman Mare (nombre del que deriva la palabra
inglesa nightmare, pesadilla) los escandinavos utilizan Mara y los
griegos Mora.
El amante en sueños
Una
variante de la Vieja Bruja es el incubo, el amante demoníaco
o espíritu que satisface su apetito sexual con el durmiente.
Derivado del incubare latino, que significa yacer sobre, el
incubo se describe a menudo como un abrumador peso sobre el pecho y
la sensación de excitación sexual que ocurre durante estos ataques.
Pero, con el examen de las explicaciones de estas experiencias, los
psicólogos, incluido Ronald Seigel, se están concentrando en el
fenómeno de la parálisis en sueños que, a pesar de ser
relativamente corriente, raramente se comenta.
Pautas del sueño
Cada
noche, tanto si lo recordamos como sí no, soñamos. Podemos olvidar
los sueños por la mañana, pero mientras se desarrollan las escenas
oníricas, nuestro cerebro está extremadamente activo y nuestro
cuerpo paralizado. Esta parálisis es esencial, porque, si no fuese
así, podríamos actuar en sueños con consecuencias desastrosas.
Normalmente, los músculos están relajados y no responden a lo que
les ordena el cerebro. Sólo permanecen activos los músculos que
controlan los ojos y la respiración.
Al
despertarnos por la mañana, esta parálisis desaparece. Pero, en
algunas raras ocasiones, algo funciona mal en el mecanismo que
mantiene en reposo la vida del durmiente. En estos casos se puede
sentir que la parálisis aparece en el momento de dormirse o de
despertarse y que no es posible moverse, hablar ni gritar. Esta
parálisis en sueños casi siempre va acompañada de un rápido ritmo
cardiaco, dificultad para respirar y sensación de terror. La penosa
experiencia todavía es más aterradora, porque el que la padece es
consciente de su entorno, pero está atrapado en lo que los
científicos llaman alucinación hipnogógica: un estado entre el
sueño y la vigilia, en el cual los sueños son tan vívidos, que
parecen alarmantemente reales.
Durante
el sueño en vigilia, el soñador ve, oye y huele cosas que están en
su entorno. Estos estímulos se mezclan con los del sueño,
haciendole creer que aún esta despierto.
Normalmente,
el primer síntoma de la parálisis en sueños es un extraño sonido.
A veces descrito como un silbido, también pueden oírse pasos, el
ruido de un motor, o incluso una respiración profunda y sibilante,
seguida de vibraciones del cuerpo, y lo que se describe como
sacudidas, temblores y contorsiones. Extrañas luces pueden parpadear
por la habitación. Pueden ser luces destellantes, pequeñas
estrellas o formas luminosas. La habitación parece llena de una
luminosidad fantástica y los objetos rodeados de aureolas de colores
con destellos. Pero el aspecto más aterrador de la parálisis en
sueños es la sensación de una presencia cercana. Es posible que no
se vea nada ni se tenga razón alguna para esta convicción, pero se
sabe que en la habitación hay alguien más. En muchos casos, la
presencia es incluso visible y puede adoptar cualquier forma: humana,
animal, demoníaca e incluso extraterrestre, que aparentemente puede
cambiar a voluntad.
Sueños alienígenas
Estas
experiencias de visitantes han hecho que los investigadores
llegasen a la conclusión de que las clásicas abducciones no son más
que casos de parálisis en sueños. En su artículo Alien Dream
el psicólogo Robert Baker publica el relato del conocido abducido
Whitley Strieber.
A
primeras horas de la noche, desperté bruscamente. Había alguien
junto a mi cama. Podía ver los grandes y oscuros ojos de quien
fuese... No podía moverme, no podía gritar, no podía irme... Todos
los músculos de mi cuerpo estaban rígidos. Difícilmente podía
respirar.
Como
Baker señala, sí se comparan los recuerdos de Strieber con los de
Ronald Seigel, no hay grandes diferencias. A efectos prácticos, los
relatos son idénticos, indica Baker. La diferencia esencial y más
importante es que a las víctimas de la parálisis en sueños que han
acudido a terapeutas se les habla de parálisis en sueños y de
alucinaciones, mientras que a los que van a ver a creyentes en
abducciones se les dice que han sido abducidos. Para Baker, las
abducciones son la versión moderna de la parálisis en sueños. Los
zumbidos y las misteriosas vibraciones de la parálisis en sueños
proceden de la nave extraterrestre, las caricias de la Vieja Bruja se
convierten en las pruebas de los extraterrestres y las sensaciones de
flotación y de vuelo en el viaje hacia las estrellas. El único
problema de esta teoría es que no tiene en cuenta todas las
experiencias de abducciones. Existen casos de abducciones múltiples
a la luz del día con testigos. Y las mismas objeciones pueden
aplicarse contra las manifestaciones de que todos los encuentros
sobrenaturales son el resultado de la parálisis en sueños.
Contenidos coherentes
Un
juicio mas objetivo y mesurado del fenómeno de la parálisis en los
sueños lo proporciona el etologo David J. Hufford. En su libro The
Terror that Comes in the Night, Hufford argumenta que en la
parálisis en los sueños parece haber algo mas que los confusos
trucos que se producen en el cerebro de los durmientes. A Hufford le
llamo la atención la coincidencia de los contenidos de las
alucinaciones y de los ataques de la Vieja Bruja. Lo que encuentra
mas curioso es que estos ataques se han anunciado en todo el mundo
por personas normales y sanas. Además, muchos de estos sujetos no
habían tenido contacto con las tradiciones populares y niegan
cualquier interés por los fenómenos paranormales. En cambio, los
contenidos de las pesadillas son muy variables. ¿Por que - se
pregunta Hufford-, el contenido de las parálisis en sueños es tan
igual, independientemente de la cultura?
Hufford
llega a la conclusión de que la investigación científica en este
campo todavía no ha empezado a considerar el enigma, a pesar de que
sólo habría que analizar los procesos psicológicos de la parálisis
en sueños.
¿Realidad alternativa?
Puede
que exista una explicación completamente normal para estas
experiencias tan peculiares y angustiosas. O puede que tengan su
origen en otro reino -al que se acceda a través del subconsciente-
que sea tan real y universal para los que lo experimentan como si
fuesen del mundo exterior. Pero hasta que no se hayan investigado y
explicado los contenidos de las alucinaciones de la parálisis en
sueños, nuestra comprensión de este fenómeno permanecerá
incompleta.
A
principios de 1980, los medios de comunicación en Chicago y Los
Ángeles se hicieron eco sobre una extraña epidemia que se había
apoderado de la población en el sudeste asiático. Jóvenes
perfectamente sanos y saludables informaron de pesadillas horribles
negándose a dormir
durante días.
Convencidos de que sus sueños estaban siendo atacados por un
demonio, los hombres asustados se volvían adictos al café y otros
estimulantes en un esfuerzo desesperado para mantenerse
despiertos. Con el tiempo, sus cuerpos exhaustos se rendían al sueño
y los familiares aliviados llevaban a los jóvenes a la cama. Horas
más tarde los gritos de pánico se oían provenientes del dormitorio
de las víctimas. Los jóvenes se encontraban en sus camas atrapados
en las poderosas pesadillas, gimiendo, jadeando, asfixiándose,
incluso en algunos casos sacaban espuma por la boca y antes de que
pudieran ser despertados, ellos de repente morían violentamente. Las
autopsias realizadas por médicos forenses no dictaminaban nada, las
causas de la muerte eran desconocidas.
El miedo en los barrios del sudeste asiático fue en aumento,
causando un pánico popular.
Pero
aunque son muchas las teorías expuestas sobre este fenómeno no hay
pruebas concluyentes de lo que realmente ocurre en los sueños,
pesadillas mortales responsables de más de 230 muertes documentadas
de hombres jóvenes sanos.
¿Demonios
en nuestras pesadillas?
Según
las personas que sufren de parálisis del sueño severo, han
informado del mismo suceso, al despertar de un sueño profundo se
encuentran incapaces de moverse. Sus brazos y piernas están
congelados e inútiles, con una falta de respiración. Cuando abren
los ojos, observan la misma imagen de una criatura
pequeña,
pálida y sentada sobre su pecho. En algunos de los casos mientras
observaban, la criatura sacaba un puñal y comenzaba a realizar un
corte empezando por el pecho, como si realizara una autopsia en el
cuerpo aún con vida. Otras personas dijeron que podían sentir el
cuchillo, podían sentir el dolor del corte además de sentir el peso
del “demonio” sentado sobre su pecho y sólo cuando ellos
gritaban con todas sus fuerzas al fin podían moverse para que
desapareciera la terrible imagen.
A
veces es un demonio, a veces es una mujer anciana empujando el pecho
de sus victimas con las manos frías y retorcidas. Algunos expertos
en lo paranormal teorizan de que incluso el fenómeno de la muerte
nocturna repentina inesperada podría incluso deberse a las
abducciones
extraterrestres
debido en parte a la parálisis del sueño. Cada país y cultura en
el mundo reconoce esta aflicción. El pueblo de Turquía lo llaman
“el demonio
aplastante”, en
África, es conocido como el “diablo
a caballo en la espalda”.
Los Hmong lo conocen como “el
demonio triturador”.
El
fenómeno de la muerte nocturna repentina inesperada en el arte
El
famoso artista gótico Henry Fuseli capturó perfectamente la
experiencia en su pintura al óleo en 1.781 titulado “The
Nightmare (La Pesadilla)”.
La pintura representa un íncubo sentado sobre el pecho de una mujer
dormida mientras que un caballo demoníaco (una yegua de la noche)
observa la atroz imagen. Curiosamente la parálisis del sueño
raramente afecta a las mujeres (entonces cabe sospechar erotomanía),
aunque nada es casualidad. Los informes de los ataques nocturnos de
los íncubos eran comunes en la Europa medieval y eran siempre de
carácter sexual, mientras que el súcubo (la hembra íncubo) fueron
más frecuentemente descritas por sus víctimas masculinas como una
presencia sofocante presionando sobre el pecho.
Incluso
el maestro del terror y el suspense Wes Craven se inspiró en las
noticias reales sobre las muertes relacionadas con las pesadillas
para crear su obra maestra “Pesadilla
en Elm Street”.
El 9 de mayo de 1981 el New York Times informó sobre la misteriosa
muerte de 18 refugiados laosianos saludables, apenas tres años antes
del estreno de la película. Tal como se relató en el New York Times
las causas de sus muertes eran desconocidas, lo único que
puntualizaron fue que estaban durmiendo y sus caras eran de terror,
como si algo les hubiera atacado.
Explicación
científica, ¿sin fundamentos?
En
el mundo occidental se conoce como “el
síndrome de muerte súbita inesperada”
o “síndrome de
muerte nocturna repentina inesperada (SUNDS)”,
en Filipinas se llama “bangungot”, en Japón “Pokkuri”, y en
otras partes del mundo otras muchas definiciones, pero todos tienen
el mismo significado:
“Muerte en las
Pesadillas”.
La
película de terror de Wes Craven de 1984 “Pesadilla en Elm Street”
sigue siendo uno de los títulos del género más populares de todos
los tiempos. Pero, ¿realmente se puede morir en una pesadilla? A
pesar de su guión de ficción, la película se basó en una
enfermedad que efectivamente existe...
Se
llama en su acrónimo en inglés “síndrome de la muerte súbita
inesperada nocturna” (SUNDS) y desde años ha permanecido oculta
por la superstición. El propio Craven reconocería en una entrevista
con la revista Cinemafantastique en 2008 que se inspiró en esta
patología.
La
muerte súbita e inexplicable de personas jóvenes durante el sueño
se ha documentado una y otra vez en países del sudeste asiático, en
especial en varones y principalmente en horas de la madrugada.
Básicamente, el SUNDS es una enfermedad genética en la que el
cuerpo no puede coordinar adecuadamente las señales eléctricas que
hacen que el corazón lata.
La
enfermedad afecta principalmente a los jóvenes adultos,
especialmente aquellos de origen en el sudeste asiático con
corazones aparentemente normales que dejan de latir de forma
inesperada. Por lo general, el corazón se detiene por la noche y
todavía no está muy clara su causa.
Esta
dolencia es popularmente conocida como lai–thai (“muerte durante
el sueño”, en Tailandia), bangungot (“levantarse durante el
sueño con quejidos”, en Filipinas), pokkuri (“muerte inesperada
durante la noche”, en Japón) o tsob tsuang (“espíritu de las
pesadillas que oprime”, en las tribus Hmongs de Laos y Vietnam) y
todas hacen referencia al mismo fenómeno.
La
afección es mucho menos frecuente en mujeres, por lo que no es raro
que los aldeanos tailandeses varones duerman con ropas femeninas para
confundir al supuesto espíritu nocturno que busca robarles el alma y
al que se le achaca la culpa de las muertes...
En
este país se cree particularmente que esta vinculado a comer muchos
pasteles de arroz antes de dormir, mientras que los filipinos creen
que es la ingestión de altos niveles de carbohidratos justo antes de
ir a la cama lo que causa el bangungot, o la muerte en sueños con
quejidos.
Por
la experiencia de los filipinos, el bangungot da la sensación de que
la víctima está siendo plenamente consciente de su entorno, sin
embargo, es incapaz de moverse; trata de gritar, pero no puede, y
parece que existe “una especie de mano” que aprieta su pecho. Los
ancianos filipinos recomiendan mover el dedo gordo del pie de las
personas que experimentan el síndrome para alentar a su corazón y
que pueda ajustarse a la normalidad. Una encuesta de salud en 2003
reveló que que la patología sorprende y acaba con los sueños de 43
de cada 100.000 jóvenes filipinos al año.
Cuenta Wes Craven que le impactó especialmente la historia de un
joven de 22 años que sufría de horribles pesadillas, hasta el punto
de negarse a dormir por miedo a morir repentinamente. Se mantuvo
despierto artificialmente, mientras sus padres trataron de darle
pastillas para dormir a escondidas. Después de cuatro o cinco días,
este joven fue encontrado muerto.
El
director se quedó muy sorprendida por este hecho y poco después
maduró la idea de hacer una película sobre el tema: el icono del
cine de terror Frederick Charles Krueger había despertado.
En
las últimas tres décadas, la ciencia ha teorizado sobre este
extraño fenómeno como el hecho de una combinación de exceso de
alcohol y comer en exceso, el estrés, el medio ambiente y las
deficiencias nutricionales han sido considerados otros factores del
“SUNDS”. Algunos médicos atribuyen todos estos fenómenos a
aberraciones genéticas que causan que el sistema eléctrico del
corazón se estropee. Aunque la realidad es que en muchos casos los
médicos han sido testigos de pruebas inexplicables.
El
mundo de los sueños, un lugar inexplorado
Pero
la realidad es que nadie sabe con certeza el porqué exactamente de
este fenómeno. Informes recientes apuntan a que curiosamente los
corazones de las víctimas tenían el aspecto de haber sido
aplastados, aunque ninguna de las explicaciones médicas ha obtenido
resultados positivos hasta el momento. Hoy en día, nadie sabe a
ciencia cierta si los defectos físicos fueron los causantes de las
muertes o por lo contrario la muerte en las pesadillas fueron los
causantes de los defectos físicos. A pesar de todos los avances en
el campo de la medicina, el mundo de los sueños, los terrores
nocturnos siguen desafiando la explicación científica. Aunque muy
posiblemente las criaturas que están en nuestros sueños son muy
reales.
Mis
conclusiones:
Aspectos
clínicos
Posible
candidatos
- Apnea del Sueño
La
apnea del sueño, en que la persona deja de respirar frecuentemente
durante el sueño. El diagnóstico se realiza después de que una
prueba del sueño determina que la persona deja de respirar durante
10 o más segundos al menos cinco veces por hora mientras duerme.
Algunas
investigaciones sugieren que la apnea del sueño está en aumento, en
parte debido a la epidemia actual de obesidad.
La
muerte cardiaca repentina ocurre cuando el corazón deja de latir de
forma inesperada y repentina debido a problemas con el sistema
eléctrico del órgano. Esos problemas provocan arritmias cardiacas.
Para que la persona sobreviva, tiene que recibir tratamiento en
cuestión de minutos. Los electrofisiólogos son cardiólogos que
tratan esos problemas de los ritmos cardiacos.
En
una investigación anterior, Gami y su equipo habían hallado que los
pacientes con apnea del sueño que sufrían de muerte súbita
cardiaca con frecuencia morían de noche, un patrón completamente
opuesto al hallado en las demás personas sin apnea del sueño que
sufren de muerte súbita cardiaca. "Ese fue el primer vínculo
directo hallado entre la muerte súbita cardiaca y la apnea del
sueño", planteó Gami.
En
el nuevo estudio, los investigadores siguieron a más de 10,000
hombres y mujeres, con una edad promedio de 53 años, que fueron
remitidos a estudios del sueño en el Centro de Trastornos del Sueño
de la Clínica Mayo, sobre todo debido a sospechas de apnea del
sueño, entre 1987 y 2003. Tras las pruebas del sueño, se halló que
el 78 por ciento sufrían de apnea del sueño. Durante un seguimiento
de hasta 15 años, hallaron que 142 sufrieron un paro cardiaco
repentino, que resultó letal o del que fueron reanimados.
Tres
medidas predijeron con potencia el riesgo de muerte súbita cardiaca,
señaló Gami. Éstas incluyeron tener a partir de 60 años de edad,
sufrir de 20 episodios de apnea del sueño por hora o tener niveles
bajos de oxígeno en sangre.
La
"saturación de oxígeno" se reduce cuando el aire no llega
a los pulmones. "Si la saturación de oxígeno más baja era del
78 por ciento o menos, el riesgo de [muerte súbita cardiaca]
aumentaba en un 80 por ciento", señaló Gami. En una persona
sana, lo normal es del 95 al 100 por ciento.
Sufrir
de 20 eventos por hora se consideraría una apnea del sueño
moderada, dijo Gami.
Gami halló un vínculo, no causalidad, entre la apnea del sueño y la muerte súbita cardiaca. No puede explicar la conexión con toda certeza, pero dijo que hay varias explicaciones posibles. Por ejemplo, la apnea del sueño se relaciona con el tiempo de ritmo cardiaco que provoca la muerte súbita cardiaca, señaló.
Las
personas que sufren de apnea del sueño o que sospechan que la
padecen deben tomarse los hallazgos del estudio en serio, enfatizó
el Dr. Neil Sanghvi, electrofisiólogo del Hospital Lenox Hill, en la
ciudad de Nueva York, quien revisó los hallazgos.
Las
personas con apnea del sueño con frecuencia son obesas, aunque no
siempre, y muchas tienen otros factores de riesgo cardiaco, como
insuficiencia cardiaca o una enfermedad del corazón. Sufrir de esos
factores de riesgo ya pone a una persona en peligro de muerte súbita
cardiaca, advirtió Sanghvi. "La apnea del sueño podría ser la
gota que derrama el vaso. Cada uno de esos factores añade un nivel
de riesgo. Cuando se añade la apnea del sueño, se podría tener un
peor resultado".
- Terror y parálisis de sueño
De
acuerdo a la terminología médica, la parálisis del sueño es una
incapacidad transitoria para realizar cualquier movimiento muscular,
que ocurre por lo general cuando se entra a la llamada fase de
Movimientos Oculares Rápidos (MOR o REM por sus siglas en inglés).
Es aquí, también en su mayor parte, cuando soñamos.
La
inmovilidad es un mecanismo absolutamente normal que desarrolla
nuestro organismo para evitar que escenifiquemos nuestros sueños.
Por ejemplo, imagina qué pasaría si en sueños corres por una calle
y tu cuerpo deja su estado de reposo para seguir dicha acción. Es
simple. De esta manera se evita cualquier peligro para el individuo.
Sin
embargo, muchas veces se registra una desincronización -la fase REM
pasa de ser una de las últimas a la primera del sueño- que
muchos expertos denominan parálisis del sueño aislada (PSA).
En
la página web de blog.rpp.com se
indica que en este estado continuamos con la inmovilidad casi
absoluta, salvo por los ojos y dedos, pero estamos conscientes sobre
nuestras camas. El episodio tiene lugar por lo general cuando
empezamos a dormir o despertar y puede extenderse por algunos
minutos, en algunos casos con repeticiones, y si bien no es tan
difícil explicarlo, la experiencia puede resultar espantosa para
muchas personas.
Las
alucinaciones, son comunes durante una parálisis del sueño por
desarrollarse en la fase REM. En primer lugar, la idea básica es que
seguimos en nuestra habitación, pero si observamos con atención
podemos identificar algunas distorsiones.
¿Por
qué ocurre una PSA?
Para
empezar, los pacientes con PSA no sufren de desordenes mentales. Un
episodio de esta parasomnia -según se registra en la
Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño- se
manifiesta en pacientes con narcolepsia u otros desordenes como son
los trastornos de ansiedad, de bipolaridad, la depresión y el estrés
postraumático. Asimismo, si el individuo tiene horarios de sueños
fragmentados o irregulares es posible la aparición de parálisis.
¿Qué
hacer?
Lo
primordial es tranquilizarse porque el miedo solo prolongará el
trance que en sí es temporal. Respire profundamente, mueva los ojos
y dedos, intente realizar un movimiento brusco de alguna extremidad.
Si logra salir del PSA, manténgase despierto por unos minutos más
para evitar que se repita.(SCU).
- SUNDS (Sindrome de Muerte Nocturna Inesperada)
Existen
algunas teorías que relacionan la aparición de SUNDS con la tensión
causada por las pesadillas, pero no hay estudios científicos que
hayan demostrado una correlación fiable. En general, las muertes se
producen por la noche porque el corazón late más débilmente cuando
la gente duerme.
Cuando
el corazón se ralentiza por el sueño, los problemas eléctricos que
parecen asociados al SUNDS se vuelven más pronunciados, superando la
capacidad del cuerpo para regular su propio latido y enviando al
corazón un espasmo mortal que termina por pararlo.
Se
cree que esta dolencia tiene la misma entidad patológica que el
síndrome de Brugada, una enfermedad hereditaria caracterizada por
una anormalidad electrocardiográfica y un aumento del riesgo de
muerte súbita cardíaca, que fue descubierta por los cardiólogos
españoles Pedro Brugada y Josep Brugada en 1992.
En
la actualidad, no existe un tratamiento eficaz para esta enfermedad y
tampoco un motivo claro de por qué tiende a afectar a los asiáticos
del sureste con mayor frecuencia que otros grupos poblacionales,
aunque existe un fuerte componente hereditario comprobado.
Los
primeros en reconocer la enfermedad entre los refugiados que huían
de la guerra de Vietnam fueron los médicos en Norteamérica y
Europa. De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de
Enfermedades de EE.UU, hasta un 40% de las víctimas tenía algún
pariente que había fallecido de igual manera; y el 18% tenía
hermanos víctimas del SUNDS.
También
en los años 70 empezaron a salir artículos periodísticos,
publicados en el tabloide Los Angeles Times, acerca de un grupo de
refugiados jemeríes que, tras huir a Estados Unidos debido al
genocidio que en ese momento ocurría en Camboya, empezaron a sufrir
pesadillas perturbadoras, después de las cuales la mayoría de ellos
se negó a dormir. Poco después, varios de los refugiados terminaron
muriendo mientras dormían en su sueño.
Las
autoridades médicas bautizaron entonces al fenómeno como “el
síndrome de la muerte asiática”
Entrada: Gustavo Cia
Excelente artículo, muy completo! :)
ResponderEliminarMuy buen articulo. Completisimo. Solo faltó el complemento, las referencias.
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