Conciertos que se alargan durante siglos
Si
el 5 de septiembre de 2001 hubieras ido a la antigua iglesia de San
Burchard de Halberstadt, en Alemania, oirías el comienzo de un
concierto que, tras un inicio de dos años de pausa, duraría los
siguientes 639 años. La composición titulada As
slow as possible (Tan
lento como sea posible), creada por John Cage en 1985, no tiene una
duración determinada.
Los
organizadores del evento decidieron hacer los cálculos pertinentes
para que durara tantos años como hacía que Nicolaus Faber (no
confundir con Juan Nicolás Böhl de Faber, padre de Fernán
Caballero) construyó
el primer órgano de la iglesia.
El órgano cambia de nota automáticamente, pudiendo tardar meses o años en hacerlo, siendo una atracción para miles de turistas. La última vez que se cambió la nota fue en el 2008 y la siguiente será en julio del 2012. Hay que destacar que el órgano no estaba completo hasta el 2008, cuando se le añadieron las tuberías, que mantienen constante la música gracias a una maquinaria que proporciona un flujo continuo de aire. Las bolsas de arena que cuelgan también ayudan a mantener la nota durante meses.
El órgano cambia de nota automáticamente, pudiendo tardar meses o años en hacerlo, siendo una atracción para miles de turistas. La última vez que se cambió la nota fue en el 2008 y la siguiente será en julio del 2012. Hay que destacar que el órgano no estaba completo hasta el 2008, cuando se le añadieron las tuberías, que mantienen constante la música gracias a una maquinaria que proporciona un flujo continuo de aire. Las bolsas de arena que cuelgan también ayudan a mantener la nota durante meses.
La
composición consta de 8 partes que durarán 71 años cada una, más
una parte que se repite. En 1987, Gerd Zacher la tocó durante 29
minutos, lo que significaría que 2 segundos de esa versión, duraría
ahora un mes."No es necesario que las cosas pasen tan rápido.
Si algo necesita un poco más, entonces nos puede dar la serenidad
interior que escasea en la vida normal."
¿Insuperable?
No, pues desde el 31 de diciembre de 1999 se está tocando Longplayer, que durará hasta el 2999. Pero no acabará con el milenio, sino que volverá a empezar. Puede ser escuchado en el faro Trinity Buoy Wharf, en Londres, aunque también existe la posibilidad de oírlo por internet.
En
vez de un órgano, Longplayer es tocado con cuencos cantores, un tipo
de campana, que puede ser tocado por humanos o máquinas y cuya
resonancia puede ser fielmente reproducida tras ser grabada. Está
diseñado para perdurar a través de los cambios sociales y
tecnológicos. Actualmente es controlado por ordenadores, aunque
siendo consciente de la posibilidad de que estas queden obsoletas.
Pueden participar de 6 a 12 personas, que por razones obvias solo
tocarían un fragmento de la composición completa. Los 234 cuencos
cantores se disponen en 6 círculos concéntricos de hasta 20 metros
de diámetro. La composición está basada en la partitura que hizo
Jem Finer en el 2002.
En
el siguiente enlace hay un ejemplo:
Entrada por: Isidro Calderón Muñoz
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