El hombre que se levantó de su tumba y viajó 320 km en busca de venganza
El
cine nos ha dado muchos tipos duros como Rambo, John McClane o Chuck
Norris (interpretándose a sí mismo). No obstante, como se dice
infinidad de veces, la realidad supera a la ficción. Sirva de
ejemplo el Oeste Americano donde no solo había vaqueros, como el
interpretado por el eternamente sonriente Clint Eastwood, sino
también los llamados "mountain man", exploradores y
tramperos que vivían en las tierras salvajes.
Uno de ellos, Hugh Glass, que convivió con los indios Pawnee y fue pirata junto con Jean Lafitte, se ganó a pulso el título de tipo duro. Como muchos otros "mountain man", se beneficiaba del lucrativo negocio de la venta de pieles. Con este mismo objetivo participó en la expedición de 1822 del general William Henry Ashley y su socio Andrew Henry, a quienes se les conocería como los "Cien de Ashley".
En la expedición, fue sorprendido en el río Grand en Dakota del Sur por una osa grizzly y su pareja de oseznos. Esta le quitó el rifle y le atacó, dejando a Hugh solo con el cuchillo para defenderse. Al final, consiguió matarla gracias a sus dos compañeros. Sin embargo, él se encontraba en tan mal estado que Henry le pidió a estos compañeros que esperaran a que muriera, lo enterraran y luego los alcanzaran. Pero a Hugh no le acompañó la suerte, ya que fueron atacados por un grupo de indios arikara y lo dejaron solo, sin armas ni comida. Estos informaron a Henry que Hugh había muerto.
Solo,
con la pierna rota y lleno de heridas, Hugh no se rindió y salió de
su tumba. Para sobrevivir, se recolocó la pierna y se la envolvió
con la piel de la osa que había matado. También se acostó sobre un
tronco putrefacto para que los gusanos devoraran la carne muerta de
las heridas de su espalda. De esta manera, en un territorio hostil en
el que podía ser atacado tanto por los indios como por los animales
salvajes, se dirigió arrastrándose hacia el punto más cercano
donde hubiera civilización.
Para
evitar a los indios, en vez de seguir el río Grand, se dirigió al
río Cheyenne en un viaje de 6 semanas. En el camino, se alimentó de
bayas, raíces y del cadáver de un búfalo del que previamente se
habían alimentado dos lobos. Ya en el río Cheyenne, se construyó
una balsa a partir de un gran árbol caído, guiándose por él
gracias al Thunder Butte, un promontorio que se puede ver a mucha
distancia y que puede ser útil como punto de orientación. Se
encontró a unos nativos amistosos que le cosieron la piel de oso a
la espalda para cubrir las heridas y le proporcionaron armas y
comida. Finalmente, llegó a Fort Kiowa en el río Missouri, a 320 km
del punto inicial. Su única motivación para sobrevivir era cumplir
su venganza, por lo que tras la larga recuperación, fue en búsqueda
de sus dos compañeros. Aunque tenía la intención de matarlos, no
cumplió su objetivo con el primero de ellos ya que solo tenía 17
años cuando lo abandonó y se vio influenciado por el otro
compañero. Cuando fue a matar a este, descubrió que se había unido
al ejército de los EEUU y no podía hacer nada porque la pena por el
asesinato de un soldado era la muerte. Diez años después de esa
expedición, se embarcaría en una última con el mismo propósito,
siendo asesinado por los arikaras.
Fuente:
resolviendolaincognita
Entrada por: Isidro C. M.
https://resolviendolaincognita.blogspot.com.es/2013/06/el-hombre-que-se-levanto-de-su-tumba-y.html
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