El lince ibérico posee un metabolismo híbrido de carnívoro y herbívoro
19/12/2012
Fecha 19/12/2012
Medio Departamento de Comunicación
Un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado las secuencias genéticas
procedentes de bacterias de muestras de heces de lince ibérico (Lynx pardinus)
y las han comparado con las de otros animales. La investigación revela que el
potencial genético de la microbiota intestinal de este felino, un carnívoro
cuya dieta se compone casi en exclusiva de conejo de monte, le permite
alimentarse de manera eficiente de otras fuentes de alimento además de la
carne, como los restos vegetales que se hallen en el interior de sus presas.
Los resultados han sido publicados en la revista PLoS ONE.
Según el investigador del CSIC Manuel Ferrer, del Instituto de
Catálisis y Petroleoquímica, este trabajo “evidencia el carácter único de las
comunidades microbianas que pueblan el intestino del lince ibérico en
comparación con otros carnívoros y abre nuevas expectativas en los programas de
alimentación en cautividad y de reintroducción”. Con una población de poco más
de 300 ejemplares, el lince ibérico está considerado como el felino más
amenazado del mundo.
Aunque, en comparación con otros animales, los resultados del análisis
señalan una alta similitud de microorganismos en las heces, el 6% de los grupos
taxonómicos identificados se corresponden con bacterias del género
Anaeroplasma, patógenos hasta ahora sólo detectados en rumiantes. Por ello, los
investigadores creen que existe una transmisión directa de bacterias, incluidos
patógenos, entre presa-depredador.
Bacterias similares pero distinto perfil genético
Los investigadores compararon las secuencias genéticas de la microbiota
intestinal del lince ibérico con las de otros animales y vieron que, pese a
albergar bacterias similares, los perfiles genéticos son muy diferentes. “A
pesar de ser un carnívoro muy especializado, también presenta un perfil
alimenticio típico de herbívoros, ya que tiene potencial genético para utilizar
como fuente alimenticia tanto carne obtenida de la presa como restos vegetales
que ésta contiene. El lince ibérico, por tanto, se comporta de una forma muy
diferente de cómo cabría esperar y podemos decir que la capacidad genética
intestinal es un híbrido de carnívoro y herbívoro”, comenta el investigador de la Consejería de Medio
Ambiente de la Junta
de Andalucía Miguel Ángel Simón.
Esta pauta podría estar promovida por las características ambientales
que afectan a esta especie. La escasez de recursos alimenticios podría haber
conducido a una rápida adaptación de la microflora intestinal del lince
ibérico, que le permite extraer mayor aporte energético de las presas y del
material vegetal sin digerir que éstas contienen.
“Las diferencias en los posibles patrones alimenticios de este felino
sugieren que este fenómeno debe ser estudiado en otros carnívoros, con un
análisis detallado de diferentes especies, origen geográfico, edad o estado de
salud. Nuestros resultados abren la vía a nuevas investigaciones sobre las
diferencias de la composición bacteriana de las diferentes especies y al
estudio de los mecanismos evolutivos de las mismas”, concluye la investigadora
del CSIC María Alcaide, del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica.
El estudio es el resultado de diferentes trabajos enmarcados dentro de
un proyecto Consolider financiado por el Ministerio de Economía y
Competitividad, que tiene como objetivo estudiar la biodiversidad en la Península Ibérica.
La investigación también ha contado con la participación de la Consejería de Medio
Ambiente de la Junta
de Andalucía y de la Agencia
de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, así como con la colaboración del
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y del proyecto
LIFE-Nature “Conservación y Reintroducción del lince ibérico (Lynx pardinus) en
Andalucía”.
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