Los planetas podrían influir en la actividad magnética del Sol
Los planetas podrían perturbar el mecanismo
responsable de generar el campo magnético solar en una zona clave del interior
de la estrella.
Es conocido que el Sol presenta un ciclo de
once años, a lo largo del que su actividad magnética (que se manifiesta en
forma de manchas, explosiones que liberan energía y eyecciones de materia al
espacio interplanetario) oscila desde un mínimo hasta un máximo. Pero, además
de este ciclo de once años, basado en el número de manchas que aparecen en la
superficie del Sol, también se han observado otros ciclos de actividad
magnética con periodos más largos de ochenta y ocho, ciento cuatro, ciento
cincuenta, doscientos ocho, quinientos seis, mil o dos mil doscientos años.
Ahora un grupo de físicos, entre los que se
encuentra Antonio Ferriz-Mas, miembro del Grupo de Física Solar del Instituto de Astrofísica de
Andalucía (IAA-CSIC) y
profesor titular en la
Universidad de Vigo, ha encontrado una coincidencia excelente
entre los ciclos de periodo largo de actividad solar y los efectos de marea
debidos a los planetas. Los resultados aparecen hoy destacados en la versión
digital de la revista Astronomy
& Astrophysics.
(NASA)
Este equipo internacional (Suiza, España y
Estados Unidos) ha reconstruido minuciosamente la actividad magnética solar de
los últimos diez mil años analizando para ello la concentración de isótopos
cosmogénicos (los isótopos berilio-10 y carbono-14) en testigos de hielo de la Antártida y de
Groenlandia. La serie temporal obtenida muestra unas periodicidades, aparte del
conocido ciclo solar de once años, para las cuales no existía hasta ahora
ninguna explicación en el marco de la teoría dinamo (es decir, la teoría que
intenta dar cuenta de cómo se generan los campos magnéticos solares y
estelares).
LA CAPA DONDE
SE ALMACENA EL FLUJO MAGNÉTICO
El Sol no rota rígidamente, sino que posee
una rotación diferencial: en particular, las regiones en el ecuador rotan más
rápido que las de los polos. Pero esta rotación diferencial se da tan solo en
el 30% más externo del Sol, en la llamada zona de convección. Bajo esta zona se
encuentra la zona radiativa, en la que la rotación es rígida.
Justo entre las zonas convectiva y
radiativa existe una capa, la tacoclina, donde se produce una transición muy
marcada entre ambas. Esta zona es crucial para el almacenamiento y
amplificación del campo magnético solar, puesto que en ella se localizarían los
intensos tubos de flujo magnético que originan las manchas solares que se
observan en la superficie.
Si la tacoclina estuviera un poco achatada
y se desviase ligeramente de la simetría axial -por ejemplo, porque rotase
alrededor de un eje ligeramente inclinado con respecto al eje de rotación del
Sol-, los planetas podrían ejercer pares de fuerzas sobre la tacoclina por
efecto marea (similar al que la
Luna ejerce sobre los océanos terrestres). El efecto de marea,
aunque pequeño, y hasta ahora despreciado, podría ser suficiente para afectar
la capacidad de la tacoclina para almacenar los tubos de flujo magnético.
Si esto fuera así, deberían encontrarse los
mismos periodos en la actividad solar que en el torque ejercido por los
planetas, como precisamente ha descubierto el equipo en el que se participa el
investigador Antonio Ferriz-Mas (IAA-CSIC).
Como indican los doctores J. A. Abreu y J.
Beer del ETH de Zurich (Instituto Politécnico Federal), la influencia de los
planetas sobre el magnetismo solar a larga escala temporal es una hipótesis
interesante, que daría una explicación natural a los periodos de entre ochenta
y ocho y dos mil doscientos años presentes en el registro de la actividad
magnética solar. Si esto fuese así, este estudio puede tener implicaciones muy
importantes para entender mejor cómo funciona el Sol y, en particular, la
actividad magnética solar.
Comentarios
Publicar un comentario