OPERACION PRATO
En el páramo norte del Brasil, en una zona formada por veinte
municipios, en la desembocadura del rió Amazonas, se observa una luz en el
cielo y seguidamente a esta, una serie de ataques se producen a personas,
después el pánico se apodero de una región entera y la población, se arma para
combatir a supuestos seres extraterrestres, ¿hecho real o por el contrario un
delirio colectivo? Durante cuatro meses, se llevo a cabo, la más importante
investigación, hasta el momento en el Brasil, la llamada operación Prato
(Platillo).
La noche del 25 de abril de 1.977, poco antes de la media noche, en la
isla de los Cangrejos, en la
Bahía de San Marcos, en el estado Brasileño de Marañón, 4
personas, José, Apolinário, Auleriano y Firmino, mientras que se encontraban en
un barco, tienen un encuentro con un extraño objeto luminoso. Como resultado de
este encuentro, José Souza de 22 años fallece, Firmido se quema, su cuerpo se
hincha y la piel se le cae, Aureliano se le queman las dos escápulas y la nalga
izquierda, pero extrañamente el short que llevaba puesto no se quema.
Cuando la policía llego, el cuerpo de José fue llevado al Instituto
Médico Legal. Aureliano fue llevado al hospital y dado de alta por la noche y
Firmido, estuvo en coma durante una semana y tuvo que pasar más de un mes en el
hospital, pues, buena parte de su cuerpo había sufrido quemaduras de segundo
grado, las más graves se encontraban en el lado izquierdo de sus costillas, en
la parte interior del brazo izquierdo y en la frente. Los músculos del brazo
estaban tan dañados, que los dedos de la mano izquierda quedaron
permanentemente torcidos para dentro, sin casi ninguna movilidad. Al cuerpo de
José, no se le realizó ninguna autopsia, debido a su avanzado estado de
descomposición, sin embargo el Médico que lo examinó en el Instituto Médico
Legal dijo, “que la muerte se había producido, por un accidente vascular
cerebral, causado por una hipertensión arterial, como consecuencia de un choque
emocional”. La causa de la muerte fue atribuida a un choque emocional.
La policía no fue capaz de determinar, que era lo que había sucedido en
la Isla del
Cangrejo. No había por otra parte, ninguna evidencia, de que los hombres
hubiesen bebido o utilizado drogas, sufrido intoxicación alimenticia o expuestos
a gases tóxicos.
La policía tampoco encontró señal de fuego ni en el barco ni en la isla.
La única conclusión fue que los tres supervivientes, no sabían lo que realmente
les había ocurrido.
En las semanas y meses después de este incidente, comenzaron a circular
noticias desconcertantes, sobre extrañas luces que aparecían en lugares
desiertos, paralizando a los testigos y de algún modo extrayéndoles sangre.
Entre los meses de junio, julio y agosto, se publicaron en periódicos,
diversos artículos sobre estos extraños casos, uno de ellos fue el periódico
del estado de Marañón, que el 20 de julio de 1977, decía lo siguiente:
“La aparición en los cielos de Piñeiro de un objeto volador no
identificado, está causando misterio y pánico entre la población y estimulando
la imaginación, que llegan hasta el punto, de haber quien afirma, que el OVNI,
llega a aproximarse a las personas para atontarlas con un rayo de luz y retirar
de ellas la sangre. Está definitivamente confirmado la presencia en los cielos
da Baixada de un extraño objeto y la población de San Luís, va a tener la
oportunidad de certificar esto, cuando vea la película realizada por la Televisión Difusora.
El OVNI que han sido vistos por millares de personas en esta región y de forma
más insistente, en el espacio de Piñero y San Benito, tiene una forma extraña,
semejante a una Y, tiene un foco en la parte inferior. El ambiente en la región
es de generalizado temor y las personas no osan salir de noche, debido a los
rumores de que, al aproximarse a tierra, el OVNI, emite un rayo luminoso de
gran calor, que quema la piel de las personas”.
Era tanto el miedo que se tenía, que según palabras de, José Ildone
Favacho Soeiro, alcalde de la ciudad de Nazareth en esa época, decía que: “la
gente se amontonaba en apenas tres casas, por miedo a que las luces nocturnas que
aparecían les atacasen”.
Más de ochenta personas, declararon haber sido atacadas por estas
extrañas luces.
Decenas de familias después de estos incidentes, incluyendo algunas
autoridades, estaban tan aterrados, que dejaron el pueblo.
La única medico de la región en esta época, la doctora Wellaide Cecim
Carvalho, directora de la
Unidad de Salud de Colares, decía que: “las personas
afectadas, sobre todo mujeres, tenían quemaduras en forma de líneas largas,
rectas y extensas. Existían siempre dos orificios paralelos, como si dos
agujas, hubiesen penetrado el cuerpo. La necrosis de las quemaduras de las
personas era inmediata, las marcas causadas por las quemaduras se volvían
negras inmediatamente, como si se tratasen de quemaduras de al menos diez días,
a pesar que algunas no hacían ni diez minutos que se habían producido”.
Según las declaraciones de esta misma doctora, “no dejaban de llegar
gente y estaba empezando a no saber que hacer, pues estaba desbordada, no sabia
si se trataba de un caso de alucinaciones en masa o de delirio colectivo, cada
vez tenía mas casos, yo seguía siendo escéptica, convencida de que todos se
habían vuelto locos por alguna razón”.
Según el doctor Deniel Rebisso, que investigó el caso, decía que “las
marcas, se encontraba por lo general, a nivel del tórax, los hombros, el pecho,
el muslo y la pierna. Normalmente las quemaduras eran pequeñas, no superando
los quince centímetros de diámetro, la
doctora Carvalho, observo pequeñas papilas, como si le hubiesen puesto dos
inyecciones en las zonas de las heridas”.
En Septiembre de este mismo año, la doctora Carvalho atiende a una
paciente, que según sus familiares, dice haber sido atacada por una de estas
luces, según la doctora, “la trajeron al centro su familia. Sufría espasmo como
si le estuviese dando un infarto, no movía nada la boca y tenía los ojos
totalmente cerrados”. Al no poderla estabilizar, la doctora la envía desde
Corales, hasta Belén, que se encuentra a unas dos horas por carretera.
Cinco días después, otro caso grave llega a su clínica, otra mujer,
según los testigos, había sido atacada por un rayo de luz en su jardín. Según
la declaración de la doctora, “llegó en un coche patrulla, en tal estado de
rigidez, que no habían logrado doblarla para sentarla, así que tuvieron que
traerla tumbada en la parte de atrás”. La doctora también envió a esta paciente
a la ciudad de Belén.
Las dos pacientes que había atendido, fallecerían días después y la
causa de la muerte fue catalogada como desconocida.
El alcalde de Colares de la época, envió un oficio al comandante de la Aeronáutica de San
Luís, solicitando que interviniese el ejército, para evitar el pánico
generalizado en la región. Los periódicos divulgaron la noticia e informaron
que el Comandante envió una nota a la Base
Aérea de Belén, que paso al Ministerio de la Aeronáutica. Poco
después comenzaría la
Operación Prato (Platillo).
A principios del mes de septiembre de 1977, comienza esta operación,
para ello son destacados oficiales del Servicio de Inteligencia (la llamada
Segunda Sección), al mando es estos, el que por esa época era Capitán Uyrange
Bolivar de Hollanda Lima.
La primera misión de los militares, sería evaluar la situación, para
elaborar un informe completo sobre lo que estaba ocurriendo. Debían mantener el
sigilo sobre dicha operación y profundizar al máximo en las investigaciones.
Pocos días después de la llegada del equipo a Colares, este se presento
al alcalde local, al padre Alfredo de la
O y a la doctora Carvalho.
Lo primero que le dijeron los Militares a esta doctora, era que dijera
a la comunidad, que todos los casos de personas afectadas, eran producto de la
histeria colectiva, pero la doctora se niega a colaborar con el plan de los
Militares.
Aunque al principio esta doctora se mostraba escéptica sobre este
fenómeno, posteriormente sería testigo de uno de estos fenómenos. Sería sobre
las 6 de la tarde, cuando Carbalho volvía a su casa después de su turno en el
Centro Médico y según declaraciones de la propia doctora, paso lo siguiente:
“miré hacia arriba, lo que tanto había negado, eso en lo que no creía y estaba
convencida que se trataba del producto del delirio, de la histeria colectiva o inventadas
por la gente, para llamar la atención, estaba delante de mí. Era un objeto con
una altura similar a un edificio de diez pisos”. El objeto tenía una forma
cilíndrica, “tenía un color, que no era ni el del acero inoxidable, ni el de la
plata ni el de nada parecido, tenía un color muy extraño y se movía con
movimientos elípticos, se dirigía directamente a mi cabeza, y luego volvía
hacia atrás, finalmente giro hacia la bahía y desapareció en el horizonte”.
Según el periodista Carlos Mendes, que estudia los fenómenos de Colares,
las fuerzas aéreas, pensaban que las luces podrían provocarlas, los disparos de
la guerrilla comunista, que por esa época actuaba en la región y que el trabajo
de Hollanda consistía, en seguir a los rebeldes.
Sin saber lo que encontrarían durante la investigación, los militares
montaron una base de operaciones en la playa del Humaitá, con la esperanza de
registrar la aparición del fenómeno. El equipo montón baterías antiaéreas en
puntos estratégicos y quedaron a la espera de los acontecimientos. Durante el
día se aprovechaba el tiempo para
entrevistar a las víctimas y testigos locales de los casos.
El equipo de observación, estaba formado por más de 60 personas entre,
militares, servicio secreto, médicos y hasta psicólogos con el objetivo de tranquilizar
a la población.
Mas tarde, los militares, se dividieron en dos equipos, que se
posicionaron en los lugares donde se habían producidos más casos. Ya, en las
primeras noches de vigilia, un equipo consiguió fotografiar un objeto luminoso
que evolucionaba sobre la región. Estimaron que se encontraría a unos tres mil
metros de altitud y que se desplazaba a una velocidad de unos 30 mil km/h. El
objeto era diferente a cualquier tipo de satélite o meteorito que también se
observaron en la región. El otro equipo, situado en otro lugar también avisto el
objeto. Todo lo que acontecía era anotado en informes rigurosos, indicando
fecha, horario, lugar, nombre y testimonio de los hechos. Cuando se registraban
fotografías, era generalmente anotado en nombre del autor y la descripción del
equipo utilizado, así como las condiciones meteorológicas. Todos estos
informes, fotografías así como películas, se remitieron a Belén, a la sede del
I COMAR.
En la fase inicial de esta operación, los casos de avistamiento por
parte de los militares, eran en general, de luces que se encontraban bastante distancia y que no podían se
explicadas, a partir de fenómenos naturales, aeronaves convencionales,
satélites y otros cuerpos celestes. Cuando los sucesos no se podían explicar,
los informes eran acompañados con croquis del hecho sobre el mapa de la región,
indicando trayectoria y otros detalles importantes.
A partir de noviembre, los casos informados por los militares aumentan
en cantidad y calidad. En esta fase, ocurren los más impresionantes casos en los
que se vieron envueltos los militares.
El primer avistamiento significativo del capitán Hollanda, ocurrió a
principios de noviembre de 1977. El equipo estaba investigando sucesos en la Bahía del Sol, donde
montaron un campamento temporal. Hasta ese momento, Hollanda era escéptico en
relación a los fenómenos. Por la noche, una luz intensa surgió, viniendo del
norte, se posicionó sobre el campamento, según palabras textuales de Hollanda,
“El objeto tendría unos treinta metros de diámetro, en forma de disco y negro,
parado a unos 200 metros
de nosotros “, después desapareciendo en el horizonte. A partir de este evento,
Hollanda reconoció que algo muy serio estaba ocurriendo en la región, aunque,
este no fue el avistamiento más impresionante.
Poco tiempo después de los eventos en la Bahía del Sol, un muchacho, que
había montado una red, para cazar, en los márgenes del río Jari, montó un
campamento encima de un árbol y se quedo a la espera de sus presas. Durante la
noche, surgió un objeto intensamente iluminado, que se posicionó encima del
campamento. En el objeto, se abrió una escotilla y por ella salio un extraño
ser que, a través de una especie rampa de luz, descendió flotando con los
brazos abiertos. Asustado el muchacho dejo la red donde estaba y se escondió
entre la maleza. El extraño ser, se dirigió hasta donde la red se encontraba y
con un haz de luz, que salía de la palma de la mano, iluminó los alrededores,
examinando la red. Repentinamente el extraño ser, se dirigió directamente para
donde el muchacho estaba escondido. Asustado, el muchacho huyó corriendo para
el barco varado en el rió, donde había dos colegas. Todos se escondieron y
observaron el objeto, como se aproximaba al barco, colocándose sobre ellos. Del
objeto salio el mismo ser que comenzó a examinar lo oque había a bordo. Los tres
amigos asustados, permanecieron escondidos en medio de las plantas acuáticas,
hasta que el objeto se marchó. Al día siguiente, el caso llego a conocimiento
del Capitán Hollanda, que fue con un equipo hasta el lugar.
Ese mismo día, y según palabras del propio Hollanda, “cuando fuimos a
ver a una persona que había tenido un avistamiento impresionante y mientras
otros militares entraban en su casa para tomar un café, yo me quedé fuera de
esta, mirando, viendo el paisaje, de repente, surgió una luz muy fuerte y se
produjo un ruido como si fuera una turbina, más que como un ruido, como un
chorro, el objeto descendió hasta ponerse encima de las casas, donde nosotros
estábamos, ningún piloto, aria algo por el estilo, porque moriría”.
Durante la noche, alrededor de la media noche, los militares observaron
un gran objeto, con forma semejante al de un balón de rugby, que estuvo
realizando algunas maniobras delante del grupo por algún tiempo. Del objeto
salían unas luces pequeñas, que realizaron un vuelo rasante, según Ubiratan
Pinos Frias, piloto comercial, “realizaban cosas fantásticas, jugaban con
nosotros”. Todo el episodio fue fotografiado, filmado y documentado por los
militares.
En otra ocasión, cuando los militares iban en helicóptero, con uno de
los testigos de los avistamientos, hacia el lugar en el que este los había
observado, de repente, una luz se les aproxima y el helicóptero sufre una
avería, parándose el rotor y perdiendo el control este. El helicóptero comienza
a descender, hasta que finalmente, pueden hacerse nuevamente, con el control
del helicóptero.
Durante este tiempo, más de 3.000 personas, fueron entrevistadas por
los miliares durante estos meses.
Los avistamientos continuaron produciéndose durante los siguientes
cuatro meses. Los que creían que la operación Platillo iba a descubrir las
causas del fenómeno, estaban decepcionados, pues parecía que no se llegaba a
ninguna conclusión. Después de este periodo, y aunque continuaban los
fenómenos, el Capitán Hollanda, recibe la orden de recoger todo el equipo y de
volver al COMAR. Toda la documentación, fue declarada como alto secreto.
Finalmente, en marzo de 1978, los fenómenos al parecer, dejaron de
producirse.
En agosto 1997, siendo ya Coronel, Hollanda que se encontraba ya en
situación de retiro, concede una entrevista a dos ufólogos durante un periodo
de dos días, Hollanda describió el encuentro con distintos tipos de naves, de
distintas formas y tamaños, algunas de ellas con más de 100 metros de tamaño. En
estas declaraciones, el Capitán describió tres encuentros con estas naves. Uno
de ellos sin duda el más sorpréndete, la visita de un extraterrestre, mientras
que se encontraba en la cama de su campamento, según sus propias palabras “me
encontraba de lado, de repente un intenso destello iluminó la habitación, me
quedé petrificado, oí algo extraño y a continuación, vi que había un ser
extraño, justo detrás mía agarrándome, fue una situación increíble”. Después en
estas declaraciones el capitán describió al extraterrestre. “medía un metro y
medio mas o menos, iba vestido con un traje como de astronauta o de
submarinismo, era suave, no le apretaba mucho, no le vi la cara, llevaba una
mascara gris plomo, pero no puedo dar detalles de la cara, pues no se la vi, de
hecho no le vi los ojos ni nada, como si no tuviera forma”. Hollanda también le
dijo a los investigadores, que este ser le habló, según palabras del Capitán:
“estaba muy asustado, le tenía detrás de mí agarrándome, estrujándome y me
hablo al oído en portugués con una voz como de ordenador, metálica y me dijo
que no tuviese miedo, no os vamos ha hacer ningún daño”. Hollanda dice que
entonces el extraterrestre desapareció.
El capitán también mostró el brazo a los ufólogos y les comentó, que
tenía una especie de implante y que los extraterrestres se lo colocaron durante
su encuentro. Los periodistas le preguntaron si le habían realizado Radiografías
y Hollanda contestó que, sí pero que no se veía nada.
Poco tiempo después, el 2 de octubre de 1997, fallecería, según la
autopsia, por asfíxica producida por ahorcamiento, al parecer por suicidio.
Según algunos colegas suyos, Hollanda tenía procesos de depresión y al parecer
ya anteriormente, había intentado suicidarse. Sin embargo los que lo conocen,
dicen que no puede tratarse de un suicidio.
En el año 2009 las fuerzas aéreas brasileñas, desclasificaron algunos documentos
sobre el fenómeno OVNI, entre ellos se encuentra el de la operación Prato.
._.
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