Las batallas de Núremberg y Basilea
En
dibujo que data de 1561 se registró un evento excepcional, una
batalla en el cielo presenciada por cientos de personas en Núremberg
(Alemania). La gente en diversos relatos registrados afirma haber
visto discos voladores y cruces que luchaban en el cielo.
Los
testigos dicen que vieron armas que volaban e incluso las describen
como cayeron al suelo en una nube de humo o fuego después de ser
golpeadas. Se puede ver en el grabado que algunos de estos objetos se
asemejan a los cañones, que a diferencia de otros relatos en la
historia
de la ovnilogia,
en este caso hubo tanta gente allí que pudo ser registrado en la
prensa local y se convirtió en una gran historia.
El
evento de Núremberg comenzó al amanecer, donde se visualizaron
cientos de cruces,
globos y tubos, que combatían entre sí sobre el cielo de la ciudad,
finalizando después de una hora de combate cuando los globos volaron
hacia el sol y los otros objetos cayeron a tierra, desapareciendo
tras una cortina de humo.
Textualmente
la gaceta
de Núremberg
describió el hecho como una “terrible
aparición que llenó el cielo de la mañana con formas cilíndricas
de la que salían esferas de colores negros, rojas, naranjas y
azules, además de cruces teñidas con el color de la sangre”.
El
7 de agosto de 1566, cinco años después, se reportó un episodio
parecido en la ciudad suiza de Basilea. En esta ocasión, cientos de
ciudadanos atemorizados presenciaron, también al amanecer de ese
día, otro enfrentamiento aéreo entre una serie de esferas negras,
el que se prolongó por varias horas. El periódico local describió
así este episodio:
«se vieron en el aire muchas esfera negras que hacia el Sol
se desplazaban con gran rapidez y celeridad
y también volviéndose unas contra otras libraban disputa
tornándose algunas rojas y fogosas
y luego se consumieron y disolvieron».
En una octavilla elaborada en
agosto de 1566 por Samuel Coccius, «estudioso de las Sagradas
Escrituras y de las artes liberales, súbdito de Basilea» está
representada esta situación:
Entrada por Isidro Calderón Muñoz
Comentarios
Publicar un comentario