El Misterio sobre el vuelo 777



Todos en algún momento de nuestras vidas hemos visionado la película “Lo que el viento se llevó”. Recordamos a Vivien Leigh, Carl Gable, Olivia de Havilland y, por supuesto, el inolvidable papel de Leslie Howard interpretando al afable y sencillo Ashley Wilkes. Y es este afamado actor británico el protagonista de nuestra historia. Tras el estreno con indudable éxito de la película, Leslie Howard saltó a la fama alcanzando gran notoriedad no solo en los Estados Unidos, sino sobre todo en su país de origen, Gran Bretaña. El estreno del filme sobre la guerra civil americana, coincidió con la entrada en el conflicto mundial de su país. Corría el año 1939. Howard, desde un principio utilizó su fama y su condición de artista para contribuir al esfuerzo bélico de su patria, pues se sentía muy unido al ejército con el que había servido de manera ejemplar durante la Primera Guerra Mundial. Siendo un gran actor como era y estando en el culmen de su carrera, seguramente no imaginaba que protagonizaría una de las tragedias aéreas mas controvertidas y misteriosas del conflicto mundial.

En mayo de 1943 Leslie Howard fue invitado por el Instituto Británico de Madrid para dar una conferencia sobre una de las mas famosas obras de William Shakespeare, “Hamlet, Príncipe de Dinamarca”, aunque parece que todo el viaje era una tapadera para entrevistarse con el propio Franco valiéndose de la amistad con la actriz española Conchita Montenegro que a su vez estaba casada con Ricardo Giménez Arnau, delegado del Servicio Exterior de la Falange. Realmente, el actor británico era espía del servicio de inteligencia británico y su misión era llevar un mensaje secreto a Franco; tratar de convencer al dictador para que mantuviera la neutralidad española en el conflicto. Logró intercambiar unas palabras con el jefe del estado español y, según parece, Franco le ofreció protagonizar una película en la que el actor fuera protagonista interpretando a Cristóbal Colón.
Terminada su visita a España, Howard viajó desde Madrid a Lisboa, donde tomaría un vuelo de regreso a Inglaterra utilizando para ello un avión de la línea aérea civil BOAC. El avión era un Douglas DC-3 de pasajeros con el nombre de “Ibis”, el número de vuelo era 777. En total el aeroplano transportaba cuatro tripulantes y catorce pasajeros. El 1 de junio de 1943 despegaba el aparato rumbo a las Islas Británicas. Casi a la misma hora, ocho cazabombarderos Junkers Ju88 de la Escuadrilla 40 despegaron de su base en la localidad francesa de Burdeos para una misión de escolta a dos submarinos alemanes que navegaban por la zona. A las 12:45 horas el grupo de aviones germanos se encontraron con el DC-3 a la altura del cabo coruñés de Ortegal. El líder del grupo de aviones, el teniente Herbert Hinze avisó a los compañeros por radio comunicándoles “Indios a las 11..A.A.”. Dos aviones se separaron del grupo situándose cerca del avión y abriendo fuego, sin percatarse que se trataba de un avión civil. Pero rápidamente comprendieron que se habían equivocado y dejaron de disparar. Ya era tarde, uno de los motores ardía y salía bastante humo del interior del aeroplano. Los pilotos alemanes pudieron comprobar cómo tres personas trataron de saltar en paracaídas, pero estos no se abrieron porque estaban dañados por el incendio. Poco después el avión comenzó a perder altura hasta que se impactó contra el mar estallando en mil pedazos. Leslie Howard había muerto.

Pero el misterio cubrió el vuelo 777 y, desde entonces se han mantenido las especulaciones. La causa era que en el momento del siniestro, el Premier británico Winston Churchill se encontraba en Gibraltar tras haber realizado una visita a sus tropas en el Norte de África. Planeaba regresar al Reino Unido a través de un avión civil en Lisboa. Según estas informaciones, el servicio de espionaje alemán confundió el vuelo 777 con el del propio Churchill y por ello, Berlín ordenó derribar el aparato, lo que hubiera sido una noticia espectacular tanto en lo referente a la importancia del personaje eliminado, como en referencia al impacto psicológico negativo para los Aliados. Además, parece ser que en el vuelo de Howard viajaba un pasajero con un parecido sorprendente con el Primer Ministro Británico. Efectivamente, Churchill viajó desde Gibraltar a Londres utilizando para ello un B-24 Liberator, pero el vuelo fue tranquilo y sin incidencias.
En recuerdo del vuelo del “Ibis”, frente a los bellísimos acantilados de Cedeira se puede visitar un monumento y una placa conmemorativa en memoria del actor y de todas las personas que viajaban ese día en el fatídico vuelo 777.





Autor: Isidro Calderón Muñoz

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