Caso VASP - Vuelo 169
Casos OVNIS en Brasil
Caso VASP - Vuelo 169. Intento de comunicación del Capitán con un OVNI
Introducción.
El día 8 de febrero de 1982, un avión de la VASP, que era una de las
principales aerolíneas de Brasil, despegó del aeropuerto de Fortaleza con más de
100 pasajeros a bordo. Comandando el avión se encontraba el comandante Gerson
Maciel de Brito, un piloto experimentado con miles de horas de vuelo. Entre los
pasajeros algunas personas ilustres, como por ejemplo el obispo auxiliar de
Fortaleza, Don José Teixeira y Don Aloísio Lorscherider, en aquella época,
cardenal arzobispo de la misma ciudad.
El avión, un Boeing 727-200 (prefijo PP-SNG),
despegó de Fortaleza a las 01,50 horas de la mañana y subió a su nivel de
crucero. El vuelo transcurrió normalmente durante 1 hora y 22 minutos. Faltaba
apenas 33 minutos para llegar a Petrolina. El avión recorría la aerovía UR1,
cuando el comandante observó a la izquierda de su aeronave y en el centro de la
ventana, un foco luminoso que se asemejaba a los focos de las luces de otras
aeronaves (al Runway o al Landing). El comandante encontró muy extraño, el
hecho de no haber sido informado de la presencia de otras aeronaves comerciales
o de la fuerza aérea, volando en aquel sector, que sería el procedimiento
normal.
Fue entonces, cuando el comandante realizo señales,
con los focos de la aeronave, buscando una comunicación con la otra aeronave y
disminuyo la luminosidad de la cabina, para así poder observar mejor el extraño
objeto, pensando que podría tratarse de un tráfico no controlado. Si el objeto
que acompañaba a boeing fuese un avión comercial o incluso de la Fuerza Aérea Brasileña, habría
una respuesta a la señal luminosa, lo que no ocurrió en este caso. Además de la
ausencia de una respuesta a la señal luminosa, también hubo silencio en la
radio de abordo. El resto del personal de la cabina, también pudo observar el
objeto, sin poder entender, de que se podía tratar.
Según palabras del Comandante Gerson Maciel de
Brito. “Desde el primer contacto visual del foco, por la forma de la incidencia
luminosa, el objeto parecía estar dirigido hacia nuestra dirección y con una
altura un poco superior a la nuestra.
La noche era clara y con visibilidad ilimitada. La
intensidad de la luz era compacta, muy viva y contrastaba sobremanera con la
luminosidad de Venus y de las demás estrellas, que eran mucho más tenues”.
El extraño objeto acompaño al avión a una distancia
relativa y a la misma velocidad que este. Según el comandante Brito, el objeto
tenía una luminosidad compacta, muy viva y bien diferente de la producida por
el planeta Venus. La coloración del objeto era rojiza y anaranjada en los
bordes y en el centro blanco azulado. El OVNI, realizaba movimientos hacia
arriba y abajo, lo que excluía la posibilidad de que el mismo fuera el planeta
Venus, como se llegó a pensar, pues el piloto automático no daba márgenes de
dudas, en cuanto a informaciones ilusorias del movimiento.
Más tarde, en comunicación con el Centro-Brasilia,
informaron de todos los detalles de avistamiento. El Centro de Control en
Brasilia, informó que no tenía ninguna información al respeto y solicitó, que
otros aviones volando en la región, informasen en el caso de que avistasen
alguna cosa. Un avión de la Aerolíneas
Argentinas, el vuelo 169, confirmó la presencia del extraño
objeto. El foco aparentaba separarse en el plano horizontal y volver a su
posición anterior, acercándose de nuevo a una velocidad muy grande, la
intensidad y dimensión aumentaba y disminuía en ciclos alternados, y también
los cambios en la coloración. Más tarde, otro avión, esta vez de la Transbrasis, vuelo
177, informó de la presencia del extraño objeto.
Según declaraciones realizadas posteriormente por el
Comandante de Brto. “En ese momento de los hechos, ya estaba concienciado, de
que debería de tratarse de un objeto no identificado, con tecnología muy
avanzada y que no podríamos prever, su forma, tipo o tamaño. Con sus increíbles
velocidades, desplazamientos y cambios de colores”.
“Después de haber sido confirmado por otra dos aeronaves,
en cursos distintos del nuestro, con ángulos de observación diferentes, y
observando los mismo detalles, evidentemente, estábamos tratando con un
fenómeno real e irrefutable”.
En ese momento, el comandante de Brito, incluso
llego a proponerse el intentar un contacto de forma telepática, según declaró. “Un
contacto mediante señales en el equipo de radio que disponíamos (VHF), por
señal sincrónica, alternando o alternantes con la señalización que hacíamos, o
incluso, un mensaje en nuestro idioma u otro que entendiésemos, o incluso otra
forma cualquiera, pero que pudiera ser identificada como respuesta. 3 o 4
minutos después, ocurrió lo que podría clasificarse como el clímax del fenómeno
OVNI”.
Cuando el vuelo 169, pasaba por la región de Belo
Horizonte el comandante Gerson Maciel de Brito, resolvió informar a los
pasajeros sobre la presencia del extraño acompañante. En este momento, el
objeto se aproximó aún más al boeing, mostrándose más nítidamente. Fue entonces
cuando el CINDACTA (Centro Integrado de Defensa Aérea y Control del Trafico
Aéreo), entró en contacto, informando haber detectado un objeto no identificado
a las 9 horas y a aproximadamente 8 millas (unos 12.875 metros).
El objeto continuó siendo visto, hasta las
proximidades del aeropuerto de Galeaun, cuando se desplazó, del lateral hacia
la parte delantera del avión. Después del aterrizaje, el objeto ya no se le
volvió a observar. Después de la experiencia, el comandante Brito, realizó un informe
interno a la VASP.
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